viernes, 12 de diciembre de 2008

31 de Julio de 2005. Camino de Rumšiškės II, Lituania.

Juntos me ofrecen, su tan preciado bien, vodka de producción nacional, hasta podría decirse local, para tratar la cada vez más abultada y pronunciada roseta, bromeando superado por la situación tan extraña para mi, y a través de gestos doy a entender que preferiría bebérmelo a desperdiciarlo con mi cara. Dicho y hecho, lo comprenden al instante y sin permitir ninguna explicación –no habría tenido opción de explicar que únicamente era una broma- me llenan un pequeño vaso, instándome a beberlo de una, pequeño por describir la capacidad de un vaso, con el que algunos pueden conseguir terminar una comida entera, por la cantidad de alcohol que contenía. Decido bebérmelo, tanto por no rechazar un presente y un detalle simbólico, porque tras mi primer gesto no voy a poder explicar que simplemente bromeaba. Un solo trago, y sonrío de agradecimiento, mientras el trayecto del vodka en su camino hasta golpear mi estómago no me pasa inadvertido. Me distraigo un instante y ya tengo otro vaso lleno. Esta vez si que intento explicar que es suficiente, que simplemente quería que mi cara no se convirtiera en una montaña envenenada, el pequeño vasa del licor nacional era suficiente para olvidar por un momento el dolor a través del alcohol. No hay opción, debo bebérmelo y lo hago con gusto, eso sí escapando lo más rápido posible tras un auténtico bombardeo de aciu, por doquier, gracias por la ayuda prestada, pero no quiero caer al suelo, sensación que ya empieza a filtrarse en mi cuerpo.

Materializado en una pañuelo embadurnado por completo de vodka de 40% para evitar la acción del veneno, tanto por dentro como por fuera, mientras uno desinfecta mi herida, el otro me ha permitido perder un año de vida, mientras mis órganos vitales comienzas a sufrir mi estancia en un país aficionado a los licores fuertes tragados –de forma literal- en soledad, personal y propiamente de la bebida. Al igual que en África la brujería con sus miles de explicaciones puede solucionar cualquier problema. Aquí hay un auténtico acto de fe en la bebida nacional, la cual es adecuada para solucionar cualquier problema, menos los del amor, esos son otra historia; al menos aquí.


En una situación deplorable, llega el momento más intenso del día, interconector de este recuerdo aparentemente incongruente. El bandido de tez oscura, naturalmente morena y barba de varios días, -poco típico para este país tan homogéneo- con su gorra raída y sus prendas no menos utilizadas, se acerca a mi y comienza a hablarme en lituano, mientras utiliza una mirada profunda de comprensión, señalándome que a él tampoco le gusta mucho este juego. Evidentemente comprendo poco de lo que me está diciendo, tras una única semana en el país, y rápidamente una profesora viene en mi ayuda, con su interpretación, más comprensible. La idea básica, es que quiere regalarme un anillo, que sólo es permitido en propiedad a las personas de piel oscura, según la traducción literal para los gitanos, gipsy people. Intento decir que no, el día ya ha tenido suficiente historia, pero no es posible, parece que es un regalo con demasiada significación. Sus ojos dicen que el rechazo no es una opción, seguro de sí mismo en ningún momento duda de que lo aceptaré, étnicamente a posteriori me puedo dar cuenta de que no éramos tan diferentes. La profesora no comprende demasiado la situación, el bandido sin embargo, no pone en duda mi acceso al anillo, cualquier otra opción sería una falta de respeto.


Finalmente accedo, dándome cuenta que mi pelo suelto, demasiado largo y la barba de una semana –todavía natural en Lituania, tras una semana- han ayudado a convertirme en uno más de su grupo, en lo más normal, en un país tan étnicamente homogéneo como es Lituania. Al menos de una forma artificial porque abundan las caras morenas acartonadas de esas mujeres que arriesgan su salud con el bronceado artificial. Parecer lo que no se es, de forma pasajera que no hacen sino empeorar el aspecto natural, el realmente bello, la belleza personal y poco modificable que ha sido otorgada, sea cual sea, por su fuerza natural, esencia naturalmente bella, atentando los cánones de belleza establecidos, pero sin lugar a dudas con una atracción fatal, para cualquier otra mentalidad limpia y poco influenciada por el contexto establecido.

No hay comentarios: