miércoles, 4 de marzo de 2009

Cronicas cairotas.

El Cairo nunca despierta. Más bien dormita esperando el momento de poder descansar realmente. Un bullicio establecido, casi decretado por ley. El crepúsculo se mezcla con el alba, o más bien con la aurora. La muchedumbre ordenada en cada esquina, miles de personas que siempre deambulan. Los vagabundos no piden dinero, simplemente yacen. Los mendigos, astutos siempre al acecho de cualquier extranjero, casi siempre viejas viudas que mantienen el luto en un negro impoluto, repleto de remiendos y mierda. Aunque no existen normas de tráfico los peatones y los conductores conviven en total armonía. No hay accidentes, el peligro alerta de la necesidad de estar siempre alerta.

Una vista panorámica de Meca durante el último rezo del día –el fajr-, la mezquita del Profeta repleta de personas yaciendo, y mientras tanto un programa de Huda televisión – básicamente una televisión islamica con base en Arabia Saudita- retransmite para todo el mundo en una pésima traducción en inglés. La introducción se basa en la expulsión de los musulmanes de la Península Ibérica frente al enemigo cristiano. El dueño y señor de Hispania podría encontrarse considerablemente fuera de este maniqueísmo. Discurso especiado con un vocabulario muy poco acorde con los valores del Islam, como son la convivencia y la comunidad. El discurso se sazona con palabras tan útiles para la coexistencia pacífica entre pueblos y creyentes como son víctimas, guerras, calamidades, beneficios, criminales, y un largo etcétera que debido a dudosas interpretaciones, han acabado acercándose peligrosamente en Occidente a los creyentes de un libro que no lo dice, algo muy diferente es el que pronuncia las palabras.

El discurso frente a miles de fieles, concluye señalando la necesidad de desarrollo militar, educacional y científico para todos los países islámicos, cuya argumentación infringe cualquier argumento desarrollista. Primero el desarrollo militar nunca pretende la defensa de los valores de determinada nación o patria, sino la acumulación de fuerza bruta para utilizarla contra el más débil. Generalmente esta utilización conlleva un gasto que hay que subsanar con beneficios para las fábricas de armas de los países que inician la guerra, y con la expoliación de los recursos del país invadido. Consecución –más pobreza y desolación- Y segundo, un país de ignorantes es un país tranquilo, donde sus habitantes pueden ser engañados fácilmente. La educación debe formar a personas reflexivas que consideren posible una mejora de la situación general del pueblo. ¿Cómo es posible que existan en el mundo países con el mismo presidente durante 27 años? Obviamente debe ser muy bueno, representar a todos y ser amado y adulado por la población; Quizás simplemente es que no existe el cambio, y algún bastardo descansa en la recámara.

La discusión, la comunicación y el conflicto son términos de la misma realidad; La relación entre pueblos, grupos y personas. Comprender las ventajas y las desventajas de cada segundo, inevitable para poder crecer. La utilización de los medios de comunicación para expandir unos valores viciados sobre una religión de miles de creyentes no debería ser la forma de conseguir expandir lo que en teor'ia est'a escrito en las sagradas escrituras.

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