martes, 25 de noviembre de 2008

Anexo metodológico del blog.

Un símbolo, desprenderte de tu propia historia no supone una pérdida, sino el engrandecimiento de los otros. La fortuna no se puede acaparar, debe ser cedida cuando una persona ya se considera los suficientemente afortunada, satisfecha de su vida. Eso pensé mientras el avión prácticamente se escapaba desde el clima áspero, seco, irritante del verano madrileño al sosiego tinerfeño en apenas unas horas, un país, más dos mil kilómetros de travesía aérea. Cuántos kilos de papel han dado términos como país o nación. Y afortunadamente gracias a que los guanches fueron exterminados de forma total, impidiendo su conocimiento, pero básicamente su renacimiento político. De cualquier forma la escapatoria del territorio godo ya sentía en el ambiente.
Maldito aparato que ha roto con el tiempo y a la vez nos hace tan dependientes de él. Podemos recorrer el mundo en apenas unas horas, por lo que ya no nos damos cuenta de las diferencias cuando viajamos –todas nos parecen posibles- Mejor dicho, las obviamos en nuestras mentes cosmopolitas de urbanitas que todo pretendemos conocer. Y por otra parte dependemos del tiempo amargamente, unos solos segundos que nos impiden tomarlo y llegar a nuestro destino. El próximo no existe, pueden ser horas o días.
Este blog pretende jugar con esa ambigüedad temporal. Narrar unos hechos totalmente conectados y relacionados, dar coherencia al texto, pero no de forma temporal, sino sincrónicamente a través de sus símbolos.
La narración de un diario, donde lo importante no es el día numérico, sino más bien lo que ocurre en determinado momento y permite enlazar con el siguiente momento.

No hay comentarios: