jueves, 15 de octubre de 2009

Exhausto tras unas largas vacaciones. El rencueentro kazaní.


La descomposición de la Unión Soviética se produjo hace lejanas dos décadas, sin embargo ningún estado fuerte ha surgido de dicho proceso traumático. Incoherente silogismo este, más la Federación de Rusia, es simplemente el país más extenso a nivel mundial que se tambalea como un acróbata obeso en una cuerda floja de producción soviética. El país no se ha reformulado en los últimos veinte años, sus cenizas siguen estando presentes, y el Ave Fénix que debería haber renacido gracias a las tan bien acogidas tesis capitalistas, nunca lo hizo, ni lo hará mientras este sea un país interesante para ser saqueado. El pensamiento de sus líderes es claro: la población todavía está capacitada para sufrir.



El kremlin (кремль) de la ciudad de Kazán. Las fortalezas que tanto se han extendido en la Rusia actual.


Entrada al kremlin, el de Kazán fue concluido en 2005, como celebración del 1000 aniversario de la ciudad.


El chauvinismo ruso está al nivel del de los grandes estados de la Europa Occidental. Los rusos aman a su país (un concepto recreado, irreal siempre, a lo largo de generaciones) Al igual que otros muchos que estamos orgullosos de donde hemos nacido, de quienes somos y de cómo nos gustaría que fueran nuestros compatriotas; Pero enervados, cansados de una simbología vacía y utilizada hasta el éxtasis del orgasmo corrupto del político, putrefacta utilización en el beneficio personal. Banderas de colores chillones que preferiríamos que simplemente las pintaran inocentes niños antes de ser socializados en un entramado de pedazos de historia que no compartimos, y en los que no creemos. Retazos de una patraña que únicamente autoengaña al que le interesa.

La reconversión del materialismo irreal recreado por los soviéticos al capitalismo atroz de balanza de pagos equilibrada por el gas, donde las sonrisas no abundan en ningún empleado, ni público ni privado, define a la Rusia actual. La psique rusa sobrepasa o ha sobrevivido (que no es poco) al régimen zarista, a las brutalidades del Partido Comunista Ruso, y a las no poco importantes atrocidades democráticas.


La muralla con varios siglos de existencia, con la re-creada mezquita de Kul Sharif.(Мечеть Кул Шариф), en ruso.


Un estado poderoso, lleno de retales, excrementos de otra época recubiertos de oro, cartón-piedra que maquilla el absurdo vacío, doradas herencias culturales del pasado utilizadas para empapelar las paredes del cuarto de baño o simplemente malgastadas y quemadas en la nueva orgía del hedonismo capitalista. En el mundo etiquetado en el que vivimos, definir a Rusia es una de las labores que no impondría ni al mayor de mis enemigos.

Sin embargo mientras que las personas crean en su país, el futuro es una carrera de resistencia que se acabará ganando (o al menos acabando). Un país que necesita que alguien comience a preocuparse por su población después de demasiados años de ilustrismo, más descabezado que despótico. Menos ilustrado que cualquier otra cosa.


"Hotel Kazán". Mantiene su anterior grandeza en la calle Bauman, la arteria peatonal de la ciudad.



Lenin en cirílico. Símbolo de los virajes de la Rusia moderna. En Kazán (ahora) están orgullosos de que estudiara en su universiad.

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